Anticorrupción
La caída del muro de Berlín y el posterior colapso de la Unión Soviética dio paso a una época muy tumultuosa de la historia rusa.
El origen de las fortunas basadas en privilegios corruptos
La compañía para la que trabajaba Acisclo Valladares Urruela, Tigo, se vio beneficiada por una ley aprobada por vía de urgencia nacional en mayo
La lógica política de la corrupción en Guatemala parece, paradójicamente, no evolucionar. La investigación de El Faro [1] y CNN [2] (coincidentes y complementarias) documentan un fenóm
La lucha contra la corrupción necesita de una investigación criminal con dientes de tiburón y de un sistema de justicia independiente que procese los casos. Sin embargo, eso no es suficiente.
Como modelo de lucha contra la corrupción la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala fracasó. La principal prueba de ese fracaso es que ya no existe. Un modelo que no puede garantizar su continuidad es un modelo fallido.
No es ningún secreto que el sistema político guatemalteco está fragmentado. El Congreso cuenta con partidos políticos divididos en facciones. Dentro del Ejecutivo conviven redes clientelares de diverso origen que hacen una gestión de feudos con tristes resultados.
La definición más clásica y sencilla de corrupción es entenderla como “el abuso del poder público para uso privado” (Treisman 2000). Es útil por su generalidad, pero como todo término amplio debe ser completado con tipologías y características.
Con el objeto de hacer frente a la pandemia, el gobierno de Guatemala aprobó el estado de Calamidad Pública, mismo que fue prorrogado en nueve ocasiones, sumando un total de seis meses de vigencia entre 05 de marzo y el 29 de septiembre del 2020.
Muy famosamente el Presidente Giammattei gustaba decir en la campaña electoral que le llevó al poder, en el año 2019, “No quiero ser un hijueputa más”. Era el momento álgido de su discurso, dicho con espacial brío y donde arrancaba del público los mayores aplausos.